8/21/2007
Burgueses
El Zagloso vive en el barrio alto
El monotrema lleva ya tres semanas en su nueva isla. Como es un ser calmo y tranquilo se dedica a aclimatarse con parsimonia y conocer el entorno. Está convencido de que solo por lo cotidiano se conoce el mundo y se dedica a cosas cotidianas como hacer la compra.
El supermercado al que el Zagloso acude por las mañanas en apariencia es un supermercado normal. Abundan las señoras con el pelo teñido y cardado y opcional pendiente de perla. El otro día el monotrema estaba en la cola. Justo antes que él había una mujer de unos sesenta años y un peinado ahuecadísimo y teñidísimo. No llevaba demasiada compra, eso sí, para pagar sacó un papel raro, de color morado. "¡Ostia, si existen los de 500!". La cajera lo cogió con tranquilidad y llamó a otro empleado: "oye, cambiame esto. Señora, espere un momento, que le aparco el ticket y le busco cambio". El monotrema no salía de su asombro. Pasó y pagó lo suyo. Cuando subió a casa comprobó el ticket. Le habían cobrado a mayores lo de la mujer del billete morado.
Bajó, habló con la cajera, que muy comprensiva le devolvió lo suyo y se fue a por el pan. En la panadería descubrió a otra mujer pagando el pan: "Oye, la vuelta me la puedes dar en billetes de cien..."
Definitivamente el monotrema se codea con la alta burguesía.
El monotrema lleva ya tres semanas en su nueva isla. Como es un ser calmo y tranquilo se dedica a aclimatarse con parsimonia y conocer el entorno. Está convencido de que solo por lo cotidiano se conoce el mundo y se dedica a cosas cotidianas como hacer la compra.
El supermercado al que el Zagloso acude por las mañanas en apariencia es un supermercado normal. Abundan las señoras con el pelo teñido y cardado y opcional pendiente de perla. El otro día el monotrema estaba en la cola. Justo antes que él había una mujer de unos sesenta años y un peinado ahuecadísimo y teñidísimo. No llevaba demasiada compra, eso sí, para pagar sacó un papel raro, de color morado. "¡Ostia, si existen los de 500!". La cajera lo cogió con tranquilidad y llamó a otro empleado: "oye, cambiame esto. Señora, espere un momento, que le aparco el ticket y le busco cambio". El monotrema no salía de su asombro. Pasó y pagó lo suyo. Cuando subió a casa comprobó el ticket. Le habían cobrado a mayores lo de la mujer del billete morado.
Bajó, habló con la cajera, que muy comprensiva le devolvió lo suyo y se fue a por el pan. En la panadería descubrió a otra mujer pagando el pan: "Oye, la vuelta me la puedes dar en billetes de cien..."
Definitivamente el monotrema se codea con la alta burguesía.
Comments:
<< Home
Yo una vez pagué el pan con uno de 500. Y me devolvieron algo más de 400.
Añoranza de las pesetas, oiga.
Añoranza de las pesetas, oiga.
si te sirve de consuelo, yo también compro en ese supermercado y cada vez que pago parece que he roto la hucha de cerdito
Y yo rebuscando céntimos por las costuras del bolso...bienvenido a la isla, Zagloso (yo soy de la isla, pero vivo en la península)...vamos, unos entran y otros salen porque todos no cabemos.
zag... siempre fuísteis muy de la gauche divine... te pega pasear por la nueva isla repartiendo billetes de 500€ y diciendo "capicci"? ;DD
P.D. M'alegro muso de saber de tí!
P.D. M'alegro muso de saber de tí!
El glamour de la gata perlada impregna hasta a los alrededores. ¿Que no sabías con quién te juntabas, tú?
Publicar un comentario
<< Home