4/19/2007

 

Tuve un sueño

Lo onírico desazona al Zagloso

Anoche cuando dormía, el Zagloso soñó una cosa muy rara. El monotrema estaba en un río cristalino aprendiendo a pescar. Era un marco incomparable, montañas y un riachuelo perfecto. El sueños, el Zagloso se clavó por voluntad propia un anzuelo en la última zona en la que se clavaría nada. No por accidente, sino como si fuera lo más normal del mundo: tengo un anzuelo de mosca que no me vale y lo guardo ahí.

Como ese no valía, el monotrema fue al puesto de los anzuelos a por otro. Ese puesto era el típico chiringuito de playa. La playa, puesto que el río se convirtió en el Mar Cantábrico, a la altura de la playa de Salinas, pero con palmeras. Quien conozca ese sitio, sabrá que de eso no hay; olas las que se quieran, pero árboles ninguno.

A la vuelta al río cristalino, en medio de la playa apaerció un gran pájaro. Era un pájaro que emitía un ruido maravilloso y daba luz. Permanecía suspendido a unos dos metros de la arena aleteando a gran velocidad. Su sonido y su luz habían congregado a todo el mundo que, en una especie de éxtasis le contemplaban.

El monotrema siguió hacia el río y, en el momento de arrancarse el anzuelo se despertó. Seguía oyendo al pájaro.

Comments:
A ver, ¿eso de clavarte tú mismo el anzuelo es que te has dejado pescar cual sumiso salmón?
 
Umm, interesante interpetración, Perli. ¿Cómo encajas lo del pájaro luminoso y musical?
 
Me lo reservo.
 
Hay que ver los sueños. Clavarse un anzuelo ahí. Por dios. De las púas al anzuelo... ¿Te levantaste oyendo al pájaro y con dolor de...?
 
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