2/12/2007

 

Nenazas

El Zagloso recuerda un episodio confuso

Unos meses después hubiera sido de otra forma, pero todavía éramos seres despiadados: doce monotremas con diez años y un tanto ofuscados. El Zagloso jugaba al baloncesto. De su perfil como jugador, un Charles Barkley en miniatura, se hablará en otro momento.

No fue un buen año. Éra un equipo más bien bajito y eso, para jugar al baloncesto no ayuda mucho. La falta de estatura se suplía en parte con una mala leche innata. La entrenadora tampoco aportaba mucho. Tendría unos veinte años y supuraba conflictos interiores que ni comprendíamos ni nos importaban. Además de al Zagloso y sus compañeros se encargaba de un equipo de equidnas, a las que siempre ponía como ejemplo de pundonor y clase: "Las equidnas sí que se esfuerzan y no como vosotros, zopilotes". "Un día os las voy a traer para que aprendaís cómo se juega a esto, mamelucos". "Le ponen más ganas una panda de niñas, seguro que os arrasaban". Así todo el día.

Una mañana aparecieron las equidnas. La entrenadora veinteñera las había traído: quería que jugáramos un partidillo contra ellas. Teníamos diez años, odíabamos a esas equidnas y en la sangre aún teníamos más crueldad infantil que hormonas. El Zagloso y sus compañeros se miraron malvados: "se van a entererar las pijas estas y su entrenadora de lo que son capaces doce monotremas encabronados". Ese equipo jamás jugó más motivado: defendimos como fieras, corríamos como salvajes y todavía queríamos más sangre. Cuando terminó la primera mitad el marcador era apabullante: 34-0. Doce monotremas sin piedad, felices. La entrenadora ni se les acercó, sólo atendió a las princesitas esas. Comenzó el tercer cuarto. Igual: 46 a 0.

Los doce monotremas encabronados estaban felices, cual hienas con sangre chorreando de las fauces. Estaban satisfechos. Bebían agua con satisfacción cuando apareció la entrenadora veinteañera hecha una fiera.

- ¿Se puede saber a qué cojones jugaís?
- Al baloncesto. -espetó un gracioso.
- Ya estamos. Esto es un amistoso y estaís humillando a las chicas, so ceporros. Ya les podeís dejar meter alguna canasta. Mira que sois animales, ¿pero no veís que están llorando?
- Pero...
- ¡Ni pero ni ostias! Ya podeís comportaros como monotremas civilizados y dejaís de hacerlos los machitos.

Estábamos confusos y aún más encabronados. ¡Claro que lloraban las niñitas esas! Un año entero aguantando comparaciones humillantes y ni siquiera nos podíamos desquitar. Empezamos a jugar, aquello ya no tenía ni puta gracia. Les dejamos anotar: una canasta. La celebraron como si hubieran ganado la NBA. Meses después llegaron las hormonas y todo se hizo aún más confuso.

Comments:
Estoy pensando que hacer un bloqueo a un tipo con púas debe doler lo suyo
 
Abe, si bloquea usted por la espalda quizá. Eso sí, hay codos mucho más dolorosos que mil púas. Cabrones.
 
Un Charles Barkley en miniatura debe de tener una cabeza.... enorme.

:D
 
Anna, y la mala leche reconcentrada.


:D
 
¿Soy la única a quien este post le parece increíblemente mono y enternecedor?
 
Ostras, Be, no le provoques que se pone a refunfuñar!
 
Perli, solo pretendía aclararle a Be que sí, que solo a ella le parece un post "increíblemente mono". Es una historia desconcertante y desgarradora, ¡coño!
 
pues yo estoy con Be, más que desgarradora me parece mona la historia. :)
 
Xhaggi, ¿cuántas hermanas tienes?
 
Comercialote.
 
Zagloso, cuantas hermanas tienes???

¿Por qué me da la sensación dee que esta historia podía haber sucedido ayer mismo?
 
Comercialote, refunfuñón, cabezón e "increíblemente tierno y entrañable". Me trauman, lo juro :D

Perli, le aclaro que ninguna. La hipótesis es que Xhaggi tiene el lado femenino muy desarrollado por influencia fraternal y que, por ello, hay cosas que le parecen monas.
 
tengo 2 hermanas, pero no creo q eso tenga que ver con que me parezca mono! :S umm... quizá debería haber cambiado por "entrañable". y es que lo es! ;D
 
Jijiji...
 
Momotrema... esse síndrome de ossoooo!!
 
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