2/18/2007
El fuego
El Zagloso prende la lumbre
Como el Zagloso estaba peleado con la vanguardia y no sabía si era retaguardia, decidió guarecerse en un fin de semana apacible en la cabaña familiar del bosque. Para los monotremas el fuego es algo importante: encenderlo y avivarlo de cuando en cuando es un arte que se trasmite de generación en generación. Los humanos olvidaron cómo cuidar las llamas más o menos cuando apareció el horno microondas.
La pedagogía monotrémica se basa en el ensayo error. Esto quiere decir que nadie te va a enseñar cómo hacer nada, sólo se te corregirá a base de reproches y jamás se dirá si algo va bien. Aquella mañana el Zagloso se levantó tarde. Miró por la ventana y vio un día de lluvia y mucho viento. Decició prender la lumbre. Cuidadosamente limpió la chimenea de cenizas de la noche anterior, arrebujó unos papeles de periódico y los colocó de base, con mimo apiló ramas finas y luego otras más gruesas. Cuando la pira estuvo lista, prendió.
Cuando el fuego estuvo listo, por sorpresa entro por la puerta papá zagloso. "Qué frío hace", dijo. Se acercó a la chimenea, se calentó y no dijo nada. Ni siquiera recolocó los troncos. El Zagloso, satisfecho se fue a leer tranquilamente.
Como el Zagloso estaba peleado con la vanguardia y no sabía si era retaguardia, decidió guarecerse en un fin de semana apacible en la cabaña familiar del bosque. Para los monotremas el fuego es algo importante: encenderlo y avivarlo de cuando en cuando es un arte que se trasmite de generación en generación. Los humanos olvidaron cómo cuidar las llamas más o menos cuando apareció el horno microondas.
La pedagogía monotrémica se basa en el ensayo error. Esto quiere decir que nadie te va a enseñar cómo hacer nada, sólo se te corregirá a base de reproches y jamás se dirá si algo va bien. Aquella mañana el Zagloso se levantó tarde. Miró por la ventana y vio un día de lluvia y mucho viento. Decició prender la lumbre. Cuidadosamente limpió la chimenea de cenizas de la noche anterior, arrebujó unos papeles de periódico y los colocó de base, con mimo apiló ramas finas y luego otras más gruesas. Cuando la pira estuvo lista, prendió.
Cuando el fuego estuvo listo, por sorpresa entro por la puerta papá zagloso. "Qué frío hace", dijo. Se acercó a la chimenea, se calentó y no dijo nada. Ni siquiera recolocó los troncos. El Zagloso, satisfecho se fue a leer tranquilamente.