10/10/2006

 

Felicidad pequeña

El Zagloso lo deja con su kioskero y ahora está contento con otro

A menos de cuarenta metros de la madriguera del monotrema hay un kiosko que lleva abierto casi toda la vida. Allí, el Zagloso ha comprado chicles, pipas, gominolas, cuadernos, helados, revistas guarras y periódicos, según su momento vital. Hará unos meses, la familia que tradicionalmente gestionaba este comercio decidió venderlo. El nuevo responsable ha sido bautizado en el barrio como el kioskero capullo.

Intentar que este elemento te cobre el Diario de Papúa, la Crónica de Nueva Guinea, la Retaguardia y el XYZ es un infierno. Aunque todos los días el Zagloso realiza la misma compra no consiguió un saludo ni el más mínimo gesto que indicara "se quien eres; me compras muchos periódicos y quiero que sigas haciéndolo". Es el tipo de persona que se parece a una galleta remojada en una taza de manzanilla: es insípida, nadie lo quiere y parece que está a punto de desmoronarse. Así que le abandoné sin decir nada.

Ahora ando el triple todos los días, me acerco a otro kiosko que hay junto al parque en el que aprendí a andar en bici. El kioskero, Carlos, es un tipo vivaracho que desde el segundo día me saluda y con el que se puede mantener un conversación amable mientras les cobra a las abuelas las chucherías de los nietos. Todos los lunes y miércoles me tiene bien guardado mi DVD del Ala Oeste. Es decir, es un tipo que me da lo que quiero de mi kioskero y eso me hace un poco más feliz. Además, los domingos leo la prensa al en ese parque, al sol y veo corretear niños por donde correteaba yo de zaglosín.

Por cierto, ¿sabían que Aaron Sorkin montó los primeros guiones de El Ala Oeste con el material sobrante del Presidente y Miss Wade? Algunas cosas merecen otra oportunidad.

Comments:
yo es que siempre fui fiel a mi kiosquero, claro que es simpatico y me guarda los cedeses de Audrey Hepburn... Ni cuando su ex le quito el kiosko y se tuvo que asentar en una tiendita enana y mucho más lejos le fuimos infiel...
Haga de su kiosquero su amigo y la vida le sonreirá.
 
Yo fui kiosquera y creo que trataba bien a mis clientes: vamos, que no se me quejaron nunca.

Yo también soy capaz de andar tres manzanas más si mi kiosquero me guarda las revistas y los periódicos y me consigue números atrasados. Es que yo también compro mucha prnesa y los domingos salgo de la papelería con un carrito de la compra lleno de papel.
 
Yo al único kiosquero que le he sido fiel fué al bizco de mi pueblo, mientras pasaba por las distintas eras de adicciones a chucherías: gusanitos blancos de Risi, Chupachups de Kojak, nubes, Triskis...

Era cruel, pero todo el mundo le decía el Kiosko del bizco. Y vendía más que el de parra.
 
Neblina, la historia de su kiosquero es desagarradora. Me alegra que le sea fiel y no como Gato. ¡Gato eres una promiscua kioskil!

Perli, ir al kiosko es domingo es una tregua para muchas cosas, pero una maldición para la espalda. Yo en el primer contenedor de reciclaje dejo las páginas salmón y me siento aún mejor.
 
Fué terrible, lo se...

Pero más terribles fuimos los vecinos "del barrio" que ante semejante putada, no compramos ni un triste chicle a esa bruja. Solo diré que del antiguo kiosko solo queda el asfalto de distinto color (ni rastro del kisko en si)y MI kiosquero es el orgulloso propietario de la tienda de prensa más grande y próspera en muchas manzanas a la redonda...

Las páginas salmon, debería simplemente ahorrárselas.
 
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/10/11/ciencia/1160576909.html

¿Es tu primo, Zagloso?
 
Noooooooo. Es una mierda de ciervo. Un Bamby diminuto y por lo tanto un euterio, es decir, biológicamente se parece más a usted que a mí, sin ánimo de ofender diré que me parece un bicho asqueroso.
 
Querido, creo que sus conocimientos zoológicos andan un poco confusos:
yo soy la reacción de un enquistamiento de un BI-VAL-VO. Euterio lo será usted.
 
Cierto, perdone mi confusión; parece demasiado viva para ser una concreción de un molusco. De lujo, pero concreción al fin y al cabo.
 
No te creas, me echas un chorro de limón por encima y no veas como me retuerzo...

Bueno, ahora que lo pienso, eso sería el propietario de mi cassa. Yo sólo soy una inquilina blanquita y brillante confundida con un EUTERIO.
 
la noto con ciertos problemas de identidad. En todo caso, hay que valer mucho para que maten al propietario para llevarse al inquilino. ;-)
 
Ay, Zagloso!

No me digas esas cosas que se me enrojece el nacarado!
 
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