9/05/2006

 

Abrasacurcix

El Zagloso rememora al tipo más plasta que jamás conoció

Imposible recordar su nombre. Imposible olvidar al resto del personaje. Residía en el mismo colegio mayor que este monotrema. Y en ese lugar, donde el abrasar a las prójimas era más que un pasatiempo, él consigió el nada cariñoso apelativo de Abrasacurcix. Allí forjó su leyenda. Era de Burgos, ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco, reconocible por un cabezón enormísimo. Del mismo modo que ignoraba reglas sociales obvias, era indiferente al clima: siempre vestía un pantalón corto de algodón de color amarillo y una camiseta raída que en un momento había sido morada. Combinaba ambas prendas que siempre, siempre llevaba, con deportivas blancas y calcetines del mismo color.

Abrasacurcix era un tipo jovial: siempre tenía ganas de hablar; lo que le hacía temible en cualquier circunstancia era lo poco que tenía que decir. Hablamos del típico sujeto que cuando alguien saluda con un cortés "¿qué tal?" se ve obligado a detallarlo con todos los pormenores. No le ayudaba nada un tono de voz viscoso, monótono y pegajoso como un charco de alquitrán. Se abstraía en sus interminables peroratas hasta el punto de perder cualquier contacto con el oyente; daba igual la cara que se pusiera, el gesto de impaciencia o de cabreo: él a lo suyo, con su brasa.

Era duro con los hombres pero con las mujeres era despiadado. Aspiraba a encontrar el amor a cada instante, con cada joven que se le pusiera a tiro. Se aproximaba quedo, aparentemente indefenso y de repente, iniciaba una conversación. Su presa no tenía ya escapatoria, lentamente le soltaba una brasa dura, espesa. ¡Cómo no sentir lástima de la pobre muchacha! A la menor oportunidad, huían. El gran drama de Abrasacurcix es que era incapaz de seleccionar. El Zagloso le ha visto abrasar a hermanas delante de hermanos, a novias delante de novios. La cautela no formaba parte de su desgastado vocabulario.

Una vez consiguió hartar a 290 de los 300 residentes en el colegio mayor, Abrasacurcix se refugió con el lumpen social: se trasladó a la sala de ordenadores. Allí descubrió el chat como forma de relación y por fin halló su lugar en el mundo: un canal del Irc. Cuenta la leyenda que acecha nuevas presas agazapado en el ciberespacio. Si alguien se topa con él le comenzarán a sangrar los oídos.
***

Tras Marías
Tras Houellebecq...
¿Quién será la víctima?

QUEDAN 2 DÍAS



Comments:
compartía nombre con el capitán alatriste... y vive con otro personaje macroveterano (cuya fama decía que con él se entendía bien en lo de hablar) en cierta ciudad del sur de francia, fabricando cierto medio de transporte masivo para cierta empresa aeronáutica... (y va a menudo a madrid, esto lo sé xq alguien se lo encontró x la calle mientras hablaba conmigo por teléfono) :D
 
que miedín!!!!! ¿seguro que no es una leyenda uurbana? ¿un mito de vuestro colegio mayor que ha pasdado de alumno en alumno y en realidad el tipo es el espíritu del primero de los habitantes de la resdiencia?

Me muero de ganas por saber con quien te vas a meter pasado mañana.
 
Juro que existe!
 
Perlita, miedín me han dado a mi las noticias que aporta Gecko. No me quiero imaginar de qué son capace esos dos seres juntos. Del otro personaje, hablaremos otro día...

Señor Gecko, ¿podría confirmar su fuente si sigue llevando los pantalones amarillos?
 
Ya lo dijo Ciges: "¡el apocalipsis, el apocalipsis!". Poco podíamos sospechar que empezaría en el sur de Francia. Por otra parte, la próxima vez que hagas flash-back, avisa, que veo de afeitarme.
 
investigaremos... investigaremos... ;)
 
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