7/06/2006

 

Narrativa vomitiva (II)

Tras Marías, el Zagloso arremete dubitativo contra Houellebecq

Este monotrema se ha leído Las Partículas Fundamentales de Michel Houellebecq. Sólo una recomendación fervorosa del Chemitarrinco hizo que el Zagloso rompiera sus reservas. El tal Michel es un tipo rodeado de polémica, presunto azote de toda convención moderna y posmoderna, exiliado en el desierto de Almería. Con este libro se hizo famoso en Francia y Europa entera. Ser escritor e intelectual en gabacholandia tiene el problema de arrastrar una tradición llena de mitos, lo que provoca que a veces sea demasiado fácil pasarse de frenada en la huída.

El Zagloso reconoce también que se ha leído el libro en un fervor especial, avanzaba páginas con fruicción intentando responder una pregunta: ¿Me está tomando el pelo o es un genio? Cualquier lector sensato sostendrá que entre lo uno y lo otro hay muchas zonas tibias. Aquí no las hay.

Houellebecq es un tipo que sostiene que no hay que preocuparse por la felicidad porque no existe. El libro es una continua pelea contra todo: dos hermanastros llevan vidas a cual más miserable y atormentada. Uno es un sátiro con la minga pequeña y el otro demuestra la existencia del amor a través de la mecánica cuántica, pero es incapaz de sentirlo. Houllebecq les lleva de putada en putada con un sadismo feroz y un sentido del humor cruel e injustificado; mientras, demuestra lo inteligente que es. Es cierto que muchas veces lo es; otras se pasa de frenada. Un ejemplo: Un personaje lee a Epicuro, tras una disertación de dos párrafos sobre el filósofo, el narrador sentencia: "Además es un coñazo".

Desde el título y el prólogo la novela está vinculada a lo científico como avance de lo filofófico y lo humano, con Nietzsche, Pascal, Comte y Bohr de fondo. No voy a reventar nada, pero es cierto que al final todo tiene sentido. La novela tiene ritmo y está estructurada con precisión, es original y a veces inteligente. La distancia entre lo políticamente incorrecto y la provocación estúpida es muy fina. Está en narrativa vomitiva porque al Zagloso no le gusta que le tomen las púas y sospecho que lo han hecho. En todo caso secundo la recomendación del Chemitarrinco. Siempre es bueno descubrir alguien a quien odiar.

Comments:
En el fondo, zagloso, te ha sorprendido el inquilino del cabo de Gata.
Lo que te sucede es que, por alguna extraña razón que se me escapa, aborreces por sistema a los autores vivos con talento que tienen éxito entre el gran público.
 
Estimado Chemitarrinco, sabe usted que su apreciación no es cierta. Admiro a autores como Eduardo Mendoza, Juan Marsé, Coetzee o Phillip Roth, que siguen vivos y tienen un amplio éxito editorial. Y qué quiere que le diga, acepto la sorpresa, pero no siempre las sorpresas son agradables.
 
Bueno, el caso es que no te ha dejado indiferente: sabemos que como provocador es bueno... Pero es verdad que hay veces que eso es lo único bueno que puedes decir de una obra...
 
Zaglosin, una vez mas me sumo a los gustos Chemitarrincos y reivindico a Marias y a Houellebeq. Con perdon.
Abrasos.
 
Cun, sabes que estoy dispuesto a discutir con el Chemitarrinco y contigo hasta el final. De todas formas formas, ya me parece un éxito haberles traído a ambos hasta aquí.
 
Yo me he leido Ampliación del campo de batalla y Plataforma. A ver, a mí el tuipo me parece muy cool, muy modernillo y muy guay. Dice palabrotas, que también le mola a la peña. Yo, sinceramente, no recuerdo lo que leí. Serán cosas de mis neuronas, escasas y bobaliconas, pero vamos, me preguntas de que va y ni recuerdo. Será que me lo leí con la sensación de que me lo tenía que leer para estar a la última... No sé, pero yo ahora mismito acabo de terminar El señor de las moscas y, sinceramente, no le sobra ni de falta ni una letra y juega con el lector con una maestría que para sí ya quisieran todos los escritorcillos modernozuelos que posa ante las cámaras con la mano apoyada en la barbilla.
 
De acuerdo en todo Perlita, de acuerdo en todo.
 
Realmente, Perlita, creo que nadie, como Willian Golding en este libro, ha sido capaz de describir la naturaleza humana con tanta precisión. Es una suerte que caiga en tus manos un libro como El Señor de las Moscas.
A Houellebeck le tengo esperando en mi mesilla de noche. Un día me decido y lo leo.
Tendré en cuenta tus comments, anfitrión zaglosótico.
 
Hombre, yo creo que un tipo reivindicado por la extrema derecha iletrada no puede ser definido como modernillo y guay como si fuera una especie de Leonor Watling.
 
Amigo Chemitarrinco, Houellebecq está más lleno de Posmodernidad que el ego de Leonor Watling, no le digo más.
 
Zagloso, con perdón de los míos, envidio sus comentaristas.
No he leído a Houllebecq, pero acabo de terminar El señor de las moscas. Lo digo para que anoten la SERENDIPIA XD Tengo muchas cosas que objetar a ese libro que tan útil ha sido a los guionistas de Perdidos, pero en general me parece que está bastante bien.
¡Y no os metáis con Leonor!
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

RelojesWebGratis!