6/11/2006

 

Maldición nominalista

El Zagloso es lo peor con los nombres

A pesar de nuestro contrastado intelecto, los zalgosos tenemos memoria pez para los nombres. Así como un pescadito cuando se gira en pecera descubre un mundo nuevo, un monotrema que se precie cada vez que ve una cara tiene que reflexionar un rato hasta que encuentra con el nombre adecuado.

Esta peculiaridad neuronal tiene rágicas consecuencias. El Zagloso estaba de copas el sábado por la noche. A pesar de haber vivido un terremoto ese día (pero terremoto, terremoto, 4.4 en la escala Ritcher, nada de metáforas) estaba siendo una buena noche. Compartía melopea con dos grandes monotremas: el Chemitarrinco y el Zagloso de las Galaxias. Con ellos llegué a asombrosas y reflexivas conclusiones como: "Me paso la Posmodernidad por el forro de los cojones". Incluso me encontré con viejos y traumáticos amores adolescentes que siguen teniendo los mismos ojos negros: es extraña la melancolía que queda al comprobar que aún producen aquél efecto devastador de hace diez años.

En esas estaba cuando me asaltó la maldición nominalista. En cierto momento, una zaglosa se me acercó sonriente. Se podría decir que era mi tipo de zaglosa: menuda, despierta, lindos ojos verdes, pizpireta. Yo la conozco, no mucho, pero la conozco. Estuvimos charlando varios minutos con evidente buen rollo. Aquello prometía. Entonces la parte de mi cerebro aún consciente se preguntó: "Se llamaba.... ¿no?" y la duda asaltó a mi cerebro inconsciente.

Mientras manejaba la conversación con el piloto automático, mis neuronas se esforzaban por recordar el nombre o buscar una solución airosa a tan incómoda situación. Queda feo preguntar después de cinco minutos de conversación, no había nadie a quien recurrir (uno de mis compañeros de farra había claudicado y el otro se había fugado para no obstaculizar). Con millones de axones sobrecagados en inútil búsqueda, decidí emprender una retirada lo más digna posible con las púas bien altas.

Malditos nombres...

Comments:
mago... MAL... PEOR... ¿para que necesitabas su nombre?... peinsa en cuantas veces utilizas el nombre de tus amigos cuando hablas con ellos... NUNCA...

... y seguramente esa noche tampoco te sería necesario... investiga... y búscate una regla nemotécnica para recordarlo...

...si es que....
 
Y lo bueno que es despertarte al día siguiente y preguntar: "¿te llamabas...?"
XD
 
Sois unos listos. Perri, símplemente imaginate víctima de la circunstancia: noche oscura, ves a un meodepie atractivo y gallardo, al que ya conoces y a su atractivo y gallardez suma un enorme carisma personal. Ante tal especimen lógicamente caes rendida. A la mañana siguiente descubre que no sabe tu nombre. ¿Cómo te sentirías?

Anómalo, sin comentarios...
 
Había un chico que me había gustado DURANTE DOS AÑOS después de haberlo visto 5 minutos. Horroroso. Pues pasados los dos años, nos encontramos en un lugar donde ninguno de los dos vivíamos y me rebautizó como "ANA". Me jodió mogollón, pero al final me enrollé con él y me acosté con una sonrisa estupidísima en la cara. ¡¡¡Puas fuera, Zagloso, ataca!!!
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

RelojesWebGratis!