6/05/2006

 

El plasta en el centeno

Cuando era un zaglosín leí con avidez El Guardián entre el Centeno

Como a todo quinceañero el libro me fascinó. Recuerdo haberlo releído una y otra vez, casi compulsivamente, con la playa de Saint Lawrence al fondo (de Papúa, por supuesto, no hagan la traducción). Además de la peripecia de Holden Caulfield, a la novela la rodeaban el ascetismo de Salinger y su papel en el mito de John Lennon. Todo engordaba la épica del Peter Pan llorón y el James Dean castrado.

Ahora considero a Caulfield un auténtico mamarracho y sus tribulaciones adolescentes memeces de niñato pijo. Oigan, que me dan ganas de darle una colleja. Me temo que dentro de poco empezaré a pensar que Ilsa es una guarra por enrollarse con Rick aquella noche con su marido rodeado de nazis. Estoy mayor y es lunes.

Comments:
Como lo leí sin ser un zaglosín, puedo clamar sin matices: es una mierda.

Un saludo.
 
la sorpresa es que en algún momento usted fuera un zaglosín, Agúndez. En todo caso, se impone un caspa que rima en prosa.
 
Jolín Zagloso; si tenemos que aceptar todo lo que nos gustó, la ropa que elegimos, las personas que nos enamoraron... Podemos sufrir un cataclismo emocional. Relativiza, aunque estoy contigo: a veces me siento vieja, vieja, vieja...
 
ILsa es una perra del infierno... eso te lo digo ya y no soy vieja
 
Aceptamos Caulfield como gilipollas. Yo me lo he leído este año, y no he terminado de captar la esencia. Salto generacional. Pero siempre nos quedará Ismael Serrano, haha:

Que no haya más despedidas... que no eres Ilsa Lazlo, ni yo Rick Blaine,
ni yo soy tan idiota, no te dejaría ir con él...

Es q el marido era un moñas.
 
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