2/14/2006

 

Terror

Como es San Valentín el zagloso descubre el miedo.

Al zagloso le gusta montar en velocípedo de montaña. Es un entretenimiento sano y se disfruta con la velocidad. En un paseo matinal descubrí el miedo.

Atravesaba con el plato pequeño un camino cuando entre unos arbustos apareció un ser vociferante: un perro cabrón. Como ser superior a los perros cabrones y más concretamente mastines me dije: "tengamos sangre fría". Descendí del velocípedo y puse cara de zagloso calmado. El perro cabrón no cejó en su actitud hostil, así que el miedo se apoderó del zagloso. Aún con el plato pequeño, pero raudo y pertrechado por mis púas subí de nuevo en el ingenio a pedales y comenzé un frenético batir de pies en lo que comunmente se llama huir como un cobarde.

El perro cabrón se lanzó en cruel persecución, ladrando, gruñendo y lanzando dentelladas en torno a pobre zagloso que acababa de descubrirse capaz de ganar el Tour de Francia. Cual Cippollini a los quinientos metros más o menos el mastín hijo de puta se cansó paró.

Bien, ya en reposo no qué cancioncilla llegó a oídos de zagloso, algo así como "tengo miedo de perderte". Inmediatamente el zagloso puso ojos zalameros y pensó "hoy sí que temí perderte, pierna mía". El amor comienza por un brazo o una pierna.

Comments:
A los humanos invisibles también nos atemorizan los mastines, Zaglosu, no tema. Ahora, creo que me da más miedo un ornitorrinco con pinchos bajando a toda leche en bici por la ladera de una montaña.
No me extraña que la gente no se acerque a su hábitat.
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

RelojesWebGratis!