6/27/2007

 

La papelera maldita

Cada mañana el Zagloso tiene que empezar su jornada laboral haciendo lo mismo:

Apartando la papalera. Desde hace unos diez días, el Zagloso está en una oficina nueva. Es el mismo sitio pero un piso más arriba. Tanto el cactus como él están muy contentos. El día que tomó posesión de su vieja-nueva mesa (la encargaron para él, pero fue degradado y ahora la reconquista), se encuentra con que la papelera está justo el el hueco para los pies. El monotrema la coge y la pone en un rincón discreto y poco molesto, que parece hecho a propósito para la papelera.

A la mañana siguiente, descubre de nuevo la papelera en el hueco de las piernas. Vacía, eso sí, pero en el hueco de las piernas. Otra vez la coge y la coloca en el sitio perfecto para papeleras. El tercer día se repite el ritual; al Zagloso le sorprende la insistencia de las de la limpieza. No comprende tal empecinamiento en no dejar las cosas donde están y donde deben estar. Decide hablar con ellas. En tono encantador y majísimo les pide, con-mucha-delicadeza que dejen la puta papelera donde no molesta, que es mucho más sencillo. La empleada de la limpieza parece comprender y responde al monotrema que vale, que no hay problema y que no se preocupe que parece una petición razonable y fácil de atender.

Ayer, el monotrema llegó al trabajo. La papelera estaba en el sitio perfecto para papeleras. "¡Victoria!", se dijo ufano. Apartó la silla, se fue a sentar y se dio en la espinilla con un objeto metálico, se asomó: otra papelera, la de su compañera de al lado. Contra ciertas cosas no se debe luchar.

6/25/2007

 

Estimulantes

No tomar café calma

Antes, hace ya un tiempo, el Zagloso se tomaba un café nada más levantarse. Cuando llegaba a trabajar se tomaba otro por si las moscas. A media mañana no había día que lo perdonara, al igual que el de después de comer y el de media tarde. Todo esto no quitaba que algún día cayera algún otro y, por supuesto, todo iba acompañado de un paquete y pico de tabaco. El monotrema era un tipo hiperactivo, pero dormía mal.

Tras largas noches de insomnio decidió rebajar el consumo de café. Sustituyó todos salvo el de despertarse por otro tipo de bebidas. Además dejó de fumar. El Zagloso es un ser menos activo, pero duerme bien. Eso sí, ha descubierto una tienda chachi, especializada en tés. Té negro con canela y jazmín; rojo con fresas sin teína y cosas así. Es una tienda pequeñita, sin demasiada clientela, y huele muy bien. Todos los días se prepara sus infusiones con cuidado, la dependienta le reconoce y mantienen amables conversaciones. Sin embargo, cuando sale por la puerta con un paquetito perfectamente doblado, el monotrema no puede dejar de preguntarse si la teína le está convirtiendo en un blando.

6/21/2007

 

Pardales

El monotrema volvía a casa un día de lluvia

Caminaba despacio, casi por el bordillo, con resaca. Acababa de dejar de llover y el Zagloso había decidido algo importante. Al pasar junto a un coche verde oyó un ruidito. Miró. Entre los dos ejes del coche había un charco negro y en él, un pardal. El monotrema se paró. Parecía recién salido del nido; estaba empapado y tenía algo de frío. El Zagloso se puso en cuclillas y alargó una mano muy despacio hacia el pardal. Cuando estaba a punto de tocarlo con la yema de los dedos se escabulló hacia el otro lado del coche.

Al rato, cuando casi llegaba a casa, comenzó a llover a mares. Aún así seguía caminando despacio. La guarida del monotrema tiene un amplio portal revestido por una especie de mármol blanco. El Zagloso descubrió refugiado allí a otro pardal. El pájaro se había empapado por la lluvia y estaba junto a la puerta secando sus plumas. Miró al Zagloso. El Zagloso miró al gorrión y esperó bajo la lluvia. El pájaro salió del portal y el monotrema entró, cogió la llave y abrió la puerta.

Cuando empezó a subir las escaleras miró hacia atrás. El pardal había vuelto a refugiarse en el portal.

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6/20/2007

 

El señorín

El Zagloso volvía a comer en un día lluvioso

Cerca ya de casa, un señorín mayor le hizo un gesto para que se acercara. Era un vejete mal afeitado, con pantalones de pana, un bastón, impermeable y zapatillas de andar por casa. El monotrema le miró con curiosidad, un señor sentado en un poyo bajo la lluvia que le llamaba, raro. Se acercó:

- ¡Doce!, cuarenta y siete, cuarenta y ocho, cuarenta y nueve, cincuenta. ¡Doce! -le explicaba de forma atropellada al Zagloso.
- ?¿¿???¿¿??¿??
- ¡Trescientos cincuenta y siente coches han pasado por aquí delante en los doce minutos que llevo sentado! ¡Causa admiración!

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6/17/2007

 

Los problemas del mundo

El Zagloso iba andando por el centro

En una plaza había un puesto en el que vendían una revista alternativa, revolucionaria, anarquista, socialista y antifascista. Tenían montado el típico tenderete en el que venden publicaciones y muestran propaganda en la que los malos son muy malos y el mundo se va a acabar pero ya. Una activista voceaba la revista:

Revista Autogestión, por 80 céntimos los problemas del mundo.


El monotrema sospecha que no vendió ninguna.

6/11/2007

 

E um peixinho vermelho

El Zagloso lleva dos días a fados

Por la mañana, por la tarde y por la noche. Fado va y fado viene. Vamos, que de pequeña resaca de una semana por Portugal. El monotrema ha descubierto al Mario Pacheco, que compone y toca la guitarra (portuguesa) y a un grupo nuevo que se llama Deolinda.

"O seu nome é Deolinda e tem idade suficiente para saber que a vida não é tão fácil como parece, solteira de amores, casada com desamores, natural de Lisboa, habita um rés-do-chão algures nos subúrbios da capital. Compõe as suas canções a olhar por entre as cortinas da janela, inspirada pelos discos de grafonola da avó e pela vida bizarra dos vizinhos. Vive com 2 gatos e um peixinho vermelho..."


El Zagloso recomienda que escuchen con calma una de las canciones: Nao sei falar de amor. Pacheco, que ya es un señor consagrado, hace canciones como ésta para Mariza con un poema de Pessoa. Ah, y el monotrema promete que en un par de años no va a volver a probar pescado, ni un peixinho vermelho de nada. Ha cubierto su cuota de peixe para un para una buena temporada.


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6/01/2007

 

Slim fit tu padre

El Zagloso es más bien regular fit

Pero regularmente redondeada en toda la fit, se entiende. Ayer por la tarde, el Zagloso estaba en casa. Son días dulcemente monótonos para el monotrema. Como no tenía mucho que hacer, decició comprarse una camisa, preferentemente negra. Para eso se fue a un gran centro comercial. Tras deambular por varios establecimientos, llegó a uno de esos con la música alta y vio una camisa negra.

En principio era una bonita camisa de color negro, algodón y manga larga. "Chachi", se dijo el monotrema, que miró la talla. "Ummmmm, es slim fit". Eso lo traducen generalmente por "corte ajustado" pero en realidad quiere decir "para tíos con cintura de tía". Al Zagloso ese tipo de prendas no es tanto que le queden mal, que también, sino que le oprimen la barriga y eso no. Así que decidió buscar alguna "regular fit", es decir, "para tíos que toman cañas".

De la negra no había la normal. "Bueno, a ver estas otras", tampoco, todas slim. En todo el comercio no había ni una sola camisa de manga larga de algodón o lino de corte normal. Ni una. Ya por curiosidad, el Zagloso miró las de manga cortas. Todas, todas eran regular fit.

Desde entonces, el monotrema está sumido en una profunda confusión. ¿Por qué los flacos no pueden enseñar sus brazos? ¿Por qué los diseñadores entienden que los que tiene barriga tienen los brazos más atractivos? ¿Podrá encontrar una camisa negra de manga larga?

PD: La semana que viene el monotrema se va a Lisboa. Desde aquí quiere dejar bien claro que NO va a participar en ningún concurso de fados, como ya maliciosamente se dice por ahí.

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